Depende de la zona a tratar, las características del pelo, el fototipo de piel y otras particularidades del paciente.

La eliminación de todos los pelos de una zona no es posible en una sola sesión, ya que un porcentaje de ellos se encuentra en fase inactiva y carece de color. Se necesitan varias para destruir los vellos que reinician la fase de crecimiento.

En términos muy generales, el promedio es de 6-8 sesiones para eliminar el 90% del vello.

En general, la depilación definitiva con láser es un tratamiento bien tolerado por la mayoría de personas, aunque depende del umbral de dolor de cada una. Durante la sesión, se puede notar una pequeña sensación de hormigueo y calor. Esta se minimiza gracias al sistema de enfriamiento con aire frío que tiene el aparato láser. Y en algunos casos, el médico puede pautar una crema anestésica.

Tras la primera sesión, verás que una buena proporción del vello no vuelve a salir y desaparece. Y el que sí rebrota, lo hace más frágil y no alcanza la extensión de antes.

Con cada sesión de láser, notarás que el pelo crece cada vez menos, hasta que desaparece definitivamente.

Los estudios demuestran que la depilación láser elimina de forma permanente un alto porcentaje del vello tratado en la gran mayoría de pacientes.

El láser destruye los folículos activos, mientras que los que se encuentran en fase de reposo se pueden activar y volver a producir pelo, que será más débil. Por eso, se necesitan varias sesiones hasta hacerlo desaparecer. Y se recomienda hacer algunas sesiones de mantenimiento a largo plazo para eliminar cualquier vello residual.

Los efectos secundarios de la depilación láser son muy leves y desaparecen en pocos días siguiendo las recomendaciones del equipo especialista. Son estos:

• Enrojecimiento
• Picazón

A largo plazo, no tiene efectos adversos ni produce daños cutáneos, siempre que sea aplicada adecuadamente.